Integrantes: Javier, Estevez, Juan Carlos, Julian, Isidoro, Nacho, Rodríguez, Victor, Curro, Berni, Raul, Diego y Pedro.
Puente de Retamar, Ocho de la mañana hora zulú, todavía de noche, trece cantibikers y una misión en común: Hacer realidad el sueño de nuestro querido Nacho de finalizar ruta en Ortigosa y de manera totalmente desinteresada apretarnos un cochinillo y algún que otro pájaro un Ponche Segoviano.
Empezamos a subir RioChico con los primeros albores del día, todavía no se veía del todo bien pero por lo menos no hacía frío, el ambiente es distendido, todos vamos charlando hasta que siempre hay alguno que tiene que dar la nota y Berni (que en este primer tramo de Riochico ya es un clásico) empieza con las escaramuzas y nos hace coronar con un ritmo más rápido de lo esperado.
Una vez digerido el primer reventón nos ponemos en camino hacia la Ermita de Villalba y al llegar a la “cuesta Curro” se empieza a poner de manifiesto la férrea unanimidad del grupo para decidir itinerario (la primera y con 5 kms solamente) finalmente tras un entretenido debate y alguna amenaza tipo “… yo me voy pa Villalba, os espero allí”; decidimos continuar todos juntos hacia Galapagar por donde cogeríamos algo de carretera hasta llegar al camino que nos llevará a la puerta verde; tramo en el que un biker que iba perdido, sin saber dónde se metía, no se le ocurre otra cosa que adelantarnos por la izquierda; Es aquí donde liderados por Valladares el exclusivo club “Uno de los nuestros” asume la responsabilidad de poner las cosas en su sitio y antes de llegar a la puerta le metemos una lijada del 10; con la satisfacción del deber cumplido hacemos paradiña en la ermita, nos reagrupamos y continuamos para Alpedrete atravesando Villalba, tramo en el que nuestro querido Rodríguez que estaba jodido porque el Atleti había palmado nos mete un gol por la escuadra haciéndonos coger una calle sin salida, con una tapia como el Muro de Berlín; eso sí ya que estábamos había que llegar hasta el final y tocar el muro con la mano; JCF y Julián no lo hicieron por lo que creo que habría que sancionarles con algún kilometrillo de menos.
Después de las justificadas chanzas nos disponemos a encarar las trialeras de Alpedrete; Un punto negro en el que nuestro querido Berni tenía alguna cuenta pendiente que supo cobrarse a su favor en esta ocasión atravesando las piedras como una centella; Claro está que esto me lo imagino ya que tanto Javier como un servidor les sacamos bastante ventaja al grupo y no pude ver nada. Bastante tenía con vigilar que Javier no me diera una lijada en la subida.
Proseguimos, muy animosos, camino a Collado Mediano donde nos espera un pequeño reventoncillo que hace que nos piquen ligeramente las pantorrillas; Una vez solventado nos dirigimos a Navacerrada por un sendero lleno de charcos que nos pusieron la bicis perdidas de barro, cosa que a un servidor no le hizo ninguna gracia pero que por lo visto a Víctor y a Rodríguez sí.
Una vez superados los charcos vamos a dar a una urbanización de chalets espectaculares (no recuerdo el nombre) que nos sacaría a Navacerrada, donde paramos en una gasolinera para lavar las bicis y repostar agua, aunque hubo algún cantibiker poco previsor que desoyendo los consejos de los compañeros decidió hacerlo en Cercedilla, hacia donde nos disponemos a continuar atravesando por pista un cerro de estos que te ponen en tu sitio y te quitan la tontería: Al finalizar la ascensión del mismo decidimos reagruparnos y es aquí donde nos percatamos que Diego, que venía de realizar un intenso entrenamiento en Kuwait, según iba subiendo le cambiaba la cara de color (blanco, amarillo, verde epic,….), comentándolo con el grupo coincidimos en que tenía que ser forzosamente por el cambio de temperatura y la humedad, no puede ser otra cosa; El caso es que cuando consiguió coronar; Valladares le arengó para que no se parase por miedo a que se quedara frío. Algo está cambiando en Víctor sigue siendo un gran deportista pero no tan buena persona.
Llegamos a Cercedilla y llamamos a Pedro que se incorporaba a la ruta por tren hasta la estación, para ver por donde andaba; nos confirma que ya ha llegado y está subiendo como un rayo hacia la Fuenfría por las Dehesas. Antes de salir en su busca nos despedimos de JCF que se volvía en bici para casa y de Diego que hacía lo propio pero en tren.
Al comenzar a subir Berni nos advierte que tiene que parar a echar agua en la fuente; El grupo se para a esperarle pero como tarda mucho y ya se le había advertido que tenía que haberlo hecho antes; ¡¡ A TOMAR POR CULO !! Maricón el último y seguimos camino a la Fuenfría.
Se conforma un grupo temible (Víctor, Rodríguez, Javier, Isi y Oe); se escucha la respiración de los integrantes como miuras en toriles; en esto que tira Víctor y un servidor se pone a rebufo; el resto se queda, lo cual confirma varias cosas: Que Rodriguez sigue jodido de la oxtia de la semana pasada, que Javier se ha puesto a chupar rueda de Oscar para que le suba y está esperando para meter el hachazo a traición y que el presi va con el cuchillo entre los dientes esperando su oportunidad.
Finalmente Valladares y el que suscribe alcanzamos a Pedro que llevaba un ritmo endemoniado; le saludamos y nos pusimos a charlar con el pero es un mal educado, le estás contando algo y te deja delante, por lo que ante ese feo gesto decidimos tirar aunque aminorando un poquito el ritmo para no tener que esperar demasiado arriba; en este tramo, antes de llegar a la fuente decidimos dar la oportunidad a Javier para que se enganchara con nosotros pero estaba en plan juguetón y no dejó de hacer la goma hasta que paramos.
Una vez que nos detuvimos a reponer fuerzas en la fuente del mirador, nos fuimos reagrupando. Todos los integrantes de la expedición iban llegando, todos menos uno, nuestro querido Curro no aparecía. Preocupados por su estado nos pusimos en contacto con él a través de Berni que una vez que nos confirmó que le había dado un pajarón pero que estaba bien ya sabemos todos los comentarios que sobre el tema se vertieron.
Esperamos, esperamos y esperamos y cual fue nuestra sorpresa cuando, a lo lejos, sobre la bici de curro venía el cadáver de la vieja del visillo, ¡Menudo Susto!; Finalmente se quedó solo en eso ya que cuando empezó a balbucear y a decir frases inconexas nos dimos cuenta por el tono de voz que era nuestro Curro de siempre.
El tiempo que estuvimos esperando a nuestro amigo hizo mella en la moral del grupo, nos quedamos congelados, la cabecita del perrito del Presi asomaba por su mochila al tiempo que este me confesaba tener las mismas sensaciones del Negreo. Nos costó reponernos pero con un par de güevos lo conseguimos y nos dispusimos a bajar hacia la Fuente de la Reina; al llegar a la misma nuestro entrañable Raúl en un alarde de descaro inusual en él, nos enseña un mordisco que le había dado una piedra, parecía que tenía la cabeza de un enano en la espinilla; lo cual también sirvió al grupo para que nos diéramos cuenta de que venía con nosotros (está bien ser discreto amigo pero……..).
Proseguimos bajando Sierra segoviana por pista asfaltada lo cual nos hizo ir bastante rápidos, tramo en el que nuestro tenaz tesorero, rememorando antiguos capítulos del Alto Tajo consiguió ser de nuevo “uno de los nuestros” durante unos minutos.
Al parar en un cruce para desviarnos por una pista de tierra, nos damos cuenta que faltan Nacho y Raúl, que habían tenido que parar debido a un pinchazo del “Hombre tranquilo”, que además es un rata porque me chivaron en la comida que no llevaba ni desmontables y que le quito la cámara a su hijo de 9 años; Y no voy a decir quien fue, no me vais a sacar nada……, bueeeno solo una pista: N_ _ _ O.
Cuando el diablo se aburre con el rabo mata moscas y es que el tiempo que estuvimos esperando fue utilizado por los componentes del grupo para realizar toda clase de chanzas y burlas sobre mi relación sentimental con mi bici al tiempo que se propuso un espectáculo de saltos sobre la misma protagonizada por Pedro; que estuvo a un tris de intentarlo…….. Y LO SABES, justo en ese momento aparecieron los dos rezagados y con los ojos humedecidos me levanté de un respingo para emprender de nuevo la ruta.
En este último tramo, Nacho, haciendo caso omiso de los bufidos de Víctor y cegado por la imagen en su mente del cebón que nos esperaba se tira de cabeza por la trialera equivocada, lo cual generó cierta confusión en el grupo a la hora de acertar de nuevo con el itinerario correcto, finalmente se decidió dar un nuevo voto de confianza a nuestro anfitrión que andaba, debido al estrés, como pollo sin cabeza adelantando, subiendo, bajando; ….todo a la vez. Hasta que por fin dimos con el camino que nos llevaría a Ortigosa, Por cierto cuando dejamos a la izquierda el Pasapán alguno de los integrantes respiró tranquilo ya que no las tenían todas consigo debido al rumor que se había extendido en Cercedilla de que había que subirlo.
Finalizamos el último tramo de subidón y llegamos al restaurante (por cierto en dirección contraria, estilo Nacho hasta el final) para disfrutar de la merecidísima comida que sirvió para repasar la ruta con toda clase de chanzas y rememorar alguna que otra anécdota pasada.
Nacho: te damos las gracias por ser un fantástico anfitrión y por los chorizos con los que nos obsequiaste; Enhorabuena amigo.
PSD: A Curro se le vio a última hora deambulando por el parking sin rumbo fijo y con la mirada perdida, si alguien le ha visto posteriormente que mande un mensaje para tranquilizar al grupo; Curro si lees esta crónica manda una señal.
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