lunes, 7 de octubre de 2013

LA VENGANZA DE LOS CANTIBIKERS:

LAS ROZAS – ZETAS EL ESCORIAL- ERMITA –COLMENAREJO – LAS ROZAS.

INTEGRANTES: Juan Carlos, Rodríguez, Javier y Estévez.

Fantástica ruta la que sirvió de estreno para probar las bondades de la máquina de un servidor. A las 08:30 AM hora zulú, después de pasar el exigente examen por parte de los cantibikers que allí se encontraban (inflado de ruedas, postura, altura sillín,….) y de que nuestro querido Rodríguez tuviera el detalle de prestarme las súper gafas amarillas que le han llevado al estrellato; Nos ponemos en marcha por nuestra cuesta favorita (Riochico); ascendiendo con un ritmo grácil y alegre hasta que divisamos un par de presas en el horizonte y se producen las primeras lijadas de la mañana (pronto empezamos). Una vez coronamos nos dirigimos por Colmenarejo hasta el pantano, al que, guiado por nuestro compañero Rodríguez descendemos por una trialera paralela a la pista, en la que un servidor empieza a sentir “The Epic Power”.
Una vez rodeado el pantano cogemos el tramo de enganche por carretera para encarar las trialeras que tanto les gustan a Javier y a Rodríguez; pasamos el primer tramo a toda hostia entrancados hasta las cejas (perdón Víctor); llegamos a la presa y una vez se incorpora JCF iniciamos el 2º tramo; donde se repite la historia; el cabronazo de Rodríguez empieza a tirar y Javier y un servidor le seguimos a una distancia prudencial de unos 20 cms.; Es en este momento donde se produce un hecho insólito que marcaría el resto de la ruta y es que cuando llegamos al último tramo antes de atravesar el riachuelo, aminoramos el ritmo de marcha y un biker nos lija a los oscares por la izquierda pero sin avisar ni hostias, claro os podéis imaginar; trancazo de Rodríguez para cogerle y yo que le sigo con la mala suerte de que a Rodríguez al cruzar el riachuelo le derrapa la rueda trasera y echa el pie a tierra, yo que voy muy pegado también me veo obligado a plantar el pie y no nos queda más remedio que ver cabizbajos como el resto de compañeros (14 ó 15 tíos) del anterior biker nos adelanta; con el orgullo herido, los güevos de un toro y la técnica de un pato nos montamos de nuevo en nuestras máquinas dispuestos a no dejar pasar esta afrenta por alto. Y efectivamente, empezamos a dar caña al asunto y pillamos al grupo antes de llegar a la pista que nos lleva hasta “las puertas”; nos ponemos a rueda y yo les escucho hablar: “Joder que rápido hemos ido  por las trialeras, nunca vamos tan rápido…”; ¡ya está! Pienso yo, la venganza está asegurada; El grupo de bikers sigue su ruta confiados, mientras que Rodríguez, Javier y un servidor se iban colocando las capas y los colmillos y justo cuando me dispongo a pegarles el bocao en las subida del puente que atraviesa las vías del tren Rodríguez me dice: “Estévez, habrá que esperar a Juan Carlos no…?”, en ese momento se produjo un cruce de miradas y un silencio; ¡menudo dilema!, como no podía ser de otra manera finalmente le esperamos y una vez se reincorporó salimos echando ostias por las parcelas de “las puertas” buscando al grupo que nos había desafiado pero no los encontramos por lo que la venganza tendría que esperar.

Ya en el parking de la subida a Abantos, tras reponer fuerzas, hacernos algunas fotitos y espantar el fantasma de los calambres de Javier empezamos a subir con un ritmo alto que mantendríamos hasta coronar las zetas; proseguimos camino y en vez de subir a Malagón giramos a la izquierda para bajar por las otras zetas (las de las raíces y piedras que tanto le gustan al Presi) hasta El Escorial; Rodríguez encabeza la bajada y le digo a Javier que pase delante; En la primera curva me noto seguro , adelanto a Javi por el interior de la misma y me pongo a rueda de Rodríguez. En esto que el destino se pone de nuestra parte y nos encontramos subiendo al grupo que nos había desafiado; imaginaos, por esos senderitos tan estrechos, nosotros bajando a toda ostia…..; creo que excepto el primero que tenía un poco más de espacio el resto de los bikers se vieron obligados a poner pie en tierra. Lo cierto es que hicimos lo posible por echarnos al máximo a la derecha, ya sabéis que el Cantibiker es un animal noble pero en este caso no pudimos evitar joderles la subida a los chavales. En fin ya no se puede hacer nada ¡A TOMAR POR CULO!

Con la venganza cumplida iniciamos camino a casa por el camping de El Escorial, donde un servidor trataba de evitar los charcos para no ensuciar mi bici nueva hasta que estos cabrones empezaron con las escaramuzas. Ni charcos ni hostias; por el medio y a tomar por culo; nos pusimos de agua hasta las cejas (perdona Víctor) y no sólo nos lijamos a bikers sino también a mujeres, ancianos y niños. (Creo que Javier hizo un amigo en uno de los charcos); Al final del tramo hubo sacada de codos al más puro estilo JCF.
Una vez concluidas las escaramuzas llegamos a la Ermita donde no paramos y seguimos camino descendiendo hasta el pantano por trialera en vez de pista. Encaramos la cuesta Javier que subimos a un ritmo potente y atravesamos Colmenarejo; pasamos por la cuesta Curro y nos disponemos a bajar Riochico: Rodríguez, Javier y yo bajamos juntos, quizá un pelín rápido…. Vamos a ver…….; yo es la primera vez que bajo Rio Chico dando pedales  y apretando en los tramos chungos. De hecho Javier nos confesó que creía que esto estaba degenerando.

En cuanto a las Sensaciones en las bajadas me quedo con las palabras de JCF: “Estévez quien te ha visto y quién te ve”.

En definitiva ruta muy bonita en la que hubo de todo y por supuesto como siempre gran compañía.

¡VIVA EL EPIC POWER!


 

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