CAPÍTULO 6:
GIJÓN – LUARCA (111 KMS. – 1.600 MTS. DESNIVEL)
Después del desayuno en el hotel
nuestras peores pesadillas se hicieron realidad; Javier regresó de casa de
Diego con el culote desgarrado y dos pendientes en su mochila; hay integrantes
del grupo que afirmaron haberle visto con un clavel en la boca, yo no lo ví,
por eso no haré sangre, pero a día de hoy todavía hay muchas preguntas sin
respuesta.
Con un respetuoso silencio por la
situación partimos hacia Avilés al que llegamos a través de un polígono de
plantas químicas y metalúrgicas; paramos a Redesayunar la empanada que el día
anterior nos había traído Jesús (el primo de Isi); Proseguimos camino y el
paisaje cambia radicalmente a mejor;
llegamos a Cudillero donde paramos a tomarnos una Coca-Cola y sacarnos algunas
fotos.
Abandonamos Cudillero a través de
unos rampones y una vez más Berni, buscando su oportunidad nos pierde por un
monte haciéndonos meter por unos terraplenes con zarzas. Inmediatamente se le
retira la confianza y surge un intento de motín en el que cada uno decía una
cosa y quería tirar para un lado; aquí hubo varias “dadas y retiradas de confianza”
a distintos componentes del grupo, según soplara el aire….alguno de los guías
perdió hasta dos confianzas seguidas ( -2 de confianza) fue una escabechina. Al
carecer de alternativas decidimos tirar “palante” hasta llegar a San Martín de
Luiña, donde paramos a comer un menú ligero con el fin de no coger muy pesados
la bici, compuesto por fabes, ensalada, parrochas, chosco y arroz con leche +
tarta de queso (Javier dos raciones).
Tras la saludable comida partimos
confiados hacia nuestro destino ya que solo faltaban 35 kms. Para llegar, lo
curiosos es que al cabo de la hora y pico seguían faltando 35 kms. En esto que
empieza a llover y proponemos ponernos los chubasqueros; Rodríguez tirando de
estrategia decide que es mejor que nos los pongamos al final de la ruta o como
mucho al final de la bajada, una vez ya mojaditos; finalmente cada uno se lo
pone coordinadamente cuando le sale de los cojones. Una vez puestos los
chubasqueros deja de llover a los dos minutos y paramos a quitárnoslos… ¡¡ y
aquí viene la juagada!!: de manera esquinada y torticera el Presi y Rodríguez
salen por patas, Javier se huele la tostada y sin avisar sale detrás de ellos y
en un tono de voz que solo escucha el dice “voy tirando”, un servidor que se
percata sale marcha atrás para no levantar sospechas de manera que cada vez me
alejo más sin perder la cara a los que quedaban; de esta manera dejamos a
Esteban con Berni y Víctor al grito de “cabrones me vais a reventar”. Un
servidor alcanza al grupo de cabeza (Presi, Javier y Rodríguez) y avisa de que
se ha abierto la caja de los truenos; nos íbamos descojonando imaginando como
vendría Berni por lo que decidimos esperar al grupo retrasado para verle;
efectivamente no defrauda y aparece como un torito echando humo por todo el
cuerpo como una sopas de ajo; el remate de la jugada fue que cuando pasa por
delante de nosotros una niña en una BH le mete una lijada en un repecho. En
silencio y sin hacer comentarios proseguimos y llegamos a Luarca donde nos
damos cuenta de que la casa está en un monte de 2 kms. De subida con un 15% de
desnivel. Antes de subir estuvimos buscando otras opciones de alojamiento pero
finalmente no nos quedó más remedio.
Al acometer la subida Berni dice
que le esperemos, que tiene que ir a mear y en una oscura maniobra se toma las
proteínas en el servicio del bar saltándose el reglamento de hacerlo todos
juntos.
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