INTEGRANTES:
Rodríguez, Valladares, Esteban, Berni; Javier, Nacho, Estévez, Julián (liebre)
y JCF (Liebre)
La Ruta de este fin de semana se
empezó a cocinar el sábado por la tarde, en el que por wasap Valladares y un
servidor empezamos a dejar entrever con algún que otro mensaje subliminal que
el ritmo iba a ser un poquito más alto de lo normal.
Quedamos a las 08:30 en el puente
de Retamar y estuvimos esperando a Berni y a Esteban que se retrasaron (mal
comienzo, aunque luego lo arregló). Cuando se incorporaron al grupo y solamente
después de haber hecho un par de comentarios sobre las ausencias de Curro y el
Presi nos pusimos en marcha hacia nuestras cuestas favoritas (Riochico).
El ritmo es alto desde el primer
momento y precisamente Berni, que estrenaba máquina (Scott 910 carbono 29 er)
fue quien dio la primera dentellada a la carrera en los primeros repechos.
Con el fin de no coincidir con
los del Festibike, nos desviamos un poco antes de coronar Riochico por una
finca privada a la izquierda; en una de las bajadas de este tramo nuestro
querido Nacho intentó sin éxito llevarse por delante 2 veces a Rodríguez en una
distancia de 20 mts. Finalmente Rodríguez se pudo zafar y Nachete, casi parado,
se tiró al suelo utilizando la técnica del escarabajo pelotero (esto es, te
quedas boca arriba moviendo las piernas y los brazos y son tus compañeros los
que te levantan). Después del percance proseguimos hasta la urbanización “las
cuestas”; en este punto nos fue imposible seguir el ritmo impuesto por Julián Y
JCF por lo que muy nuestro pesar tuvimos que abandonar la ruta que ellos iban a
hacer, lo que nos obligó a tomar un atajo a casa por el Escorial.
Proseguimos por la urbanización,
cogiendo un sendero por el que siempre que pasamos hay un par de perros
ladrando a nuestra izquierda, cruzamos un riachuelillo y Rodríguez nos lleva en
volandas a coronar los cuestones que hay hasta llegar a la pista que va a dar a
Colmenarejo por la Universidad (esta la solemos coger en sentido contrario).
Giramos a la izquierda y bajamos hacia la “presa de la tortuga”; subimos por la
pista donde se suceden las consiguientes escaramuzas y metidas de codos, eso
sí, en plan amistoso, sin espíritu competitivo y disfrutando el paisaje.
Coronamos en la urbanización de chalets (donde está el camping) y continuamos
ruta hacia la silla por los caminos que normalmente hacemos de vuelta, ……. A toda Oxtia, las piedras nos las
pasábamos por el arco del triunfo. En este tramo se produce una lijada sobre
Berni protagonizada por Javier, el cual iba agazapado a rueda y le adelanta
quitándole las pegatinas del lado izquierdo. (Berni, todos sabemos que esto no se
va a quedar así compañero).
Terminando esos tramos empezamos
a ascender hacia la silla también con ritmo alegre y dicharachero; Nos cruzamos
con un grupo bastante numeroso de gente que estaba haciendo una excursión en
bici (30 ó 40 personas); aquí es donde se pone de manifiesto el verdadero instinto
depredador Cantibiker ya que todos nos percatamos de la única tía que estaba
buena del grupo y que iba escondida entre cinco maromos.
Una vez en la silla y tras
sacarnos las fotos de rigor fue imposible no derramar unas lagrimillas por la
ausencia de nuestro presidente, ya que son 6 las veces que hemos subido y
todavía no la ha olido, pero en fín; ¡A TOMAR POR CULO!
Empezamos a bajar con la
intención de reponer agua en la primera fuente y nos encontramos con que está
más seca que la mojama; Peeero aprovechamos para reparar un pinchazo de nuestro
querido Rodríguez ; Entre todos nos organizamos y se lo solucionamos en un
minuto; Javier y yo que éramos los encargados de inflar la rueda trasera nos
percatamos que podría estar pinchada también, pero no nos hicieron ni caso y
nos limitamos a hincharla; Yo, por seguridad, y con el consenso de Javier,
cuando terminé de inflar la rueda le doblé el pitorro hacia un lado para que no
se saliera el aire; eso no falla…
Una vez efectuadas las
reparaciones llegamos al Escorial y localizamos la susodicha fuente para
reponer agua; Es entonces donde de nuevo Rodríguez nos dice que ha pinchado
otra vez, en esta ocasión; la rueda trasera que curiosamente habíamos
manipulado Javier y yo por lo que os podéis imaginar que se vertieron todo tipo
de sospechas al respecto hasta que desmontándola Rodríguez encontró el pincho
del delito en la cubierta; se tuvieron que comer sus palabras y las críticas a
mis técnicas de doblamiento de pitorros.
Por culpa del mal estado de la
bici de Rodríguez y el tiempo que empleamos para sus reparaciones se nos echó
la hora de llegada encima por lo que se toma la decisión de volver por
carretera hasta el pantano; Ya sabéis lo que eso significa… trancazo espectacular
hasta llegar al pantano y encarar la “subida Javier”; Trancazo en la “subida
Javier”, Trancazo en Colmenarejo y Trancazo en la “subida Curro”. En estos
últimos tramos (a partir de la carretera de El Escorial) se rompe ligeramente
el grupo y estamos esperando un ratito en el alto de Riochico para reagruparnos
y comenzar la bajada; aquí nos enteramos que Esteban se despista en uno de los
trancazos y se desorienta, menos mal que Nacho que pasaba por allí lo recoge;
No os podéis ni imaginar el disgusto que se llevó Berni por este echo, se quedó
muy mal, muy mal, ……. Pero en fín; ¡ A TOMAR POR CULO ¡ y empezamos a bajar.
Una vez en el quiosco de Riochico
se produce por parte de Esteban la frase de la semana: “ Chicos ¿Queda algo?.. Porque yo pulmones lo que
queráis pero piernas 0 ”; con un respetuoso silencio y sin ningún comentario
algunos cantibikers se quedan disfrutando de una merecida cerveza en el quiosco
mientras Esteban, Víctor y un servidor nos vamos a casa; Por cierto Víctor
mientras subíamos Kálamos me comentó no sé qué... De recoger una aspiradora en
casa de Curro.
Como siempre buena compañía,
buena ruta y diversión asegurada.
¡Qué buena crónica, Estévez!
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