CAPÍTULO IIII
(EN BUSCA DEL HÉROE): SANTILLANA DEL MAR – RIBADESELLA
Amanecemos en Santillana con una
mañana fresca pero radiante, solamente enturbiada por rumores sin fundamento
provenientes del Presi y Rodríguez sobre los supuestos ronquidos de un
servidor, sostenidos con argumentos muy
débiles y poco creíbles como por ejemplo los viajes del presi al baño para
colocarse papel higiénico en los oídos, afortunadamente el cantibiker posee una
capacidad analítica sin parangón y nadie se tragó tales infamias.
Tampoco ayudó a ponernos en
marcha la ropa mojada que lavamos el día anterior, lo que me obligó a pedirle
prestado un culote a Rodríguez con el consiguiente riesgo para su persona de
“marcado de anchoa”.
Una vez ataviados y todo en
orden, nos despedimos de Aristóteles (el dueño del hotel) y sin desayunar nos
ponemos en marcha con el fin de encontrar un bar lo antes posible y recargar
pilas ante el rutón que teníamos por delante. El pajarraco de Víctor no las
tenía todas consigo y se enchufó un gel nada más salir…Pero se equivocó, ya que
a los 10 minutos encontramos un bar en medio de un prado espectacular con una
oferta de desayuno a la altura del paisaje: 2 tostadas + zumo + café + bocata
XXL = 6 €; nos pusimos moraos, de hecho algunos nos reservamos el bocata para
el camino.
Tras el desayuno se produjo una
disgregación del grupo ya que por “necesidades de cuerpo” Valladares y un
servidor nos quedamos rezagados; cuando nos pusimos en marcha, un poco más
hacia delante solo nos esperaban Berni y Javier; la parejita de hecho formada
por Rodríguez y el Presi se habían adelantado (iban tranquilos); Sin realizar
ningún comentario al respecto nos pusimos en marcha a través de frondosos
herbazales con continuas vistas al mar; saboreando el paisaje llegamos a un
reventoncillo en el que coincidimos con un matrimonio de buen ver (el unos 120
kgs. Y ella por ahí andaría también), estaban haciendo el camino con bicis
eléctricas lo cual le permitió al menda meternos una lijada con una mano en el
manillar y en la otra un puro del 15; Javier no se coscó de la mecánica de sus
bicis y ni corto ni perezoso se pica con “el menda” originándole daños
cerebrales al final de la cuesta por la falta de oxígeno con la consiguiente
negación de la realidad ante las chanzas de los compañeros mientras de nuevo
hinchábamos su rueda.
A partir de aquí nos enfrentamos
a varios reventones con desniveles de hasta el 25%, algunos de ellos muy
incomodos de salvar debido a la graba existente en el suelo, a pesar de las
barreras naturales que dificultaban nuestra ruta conseguimos llegar a Comillas
donde después de varias llamadas, ya que habíamos entrado al pueblo por sitios
distintos, nos reencontramos con la pareja de hecho; una vez realizadas unas
fotitos nos dirigimos a nuestro querido Oyambre para redesayunar en el “Pájaro
amarillo”, donde fuimos amonestados por el camarero debido a que ocupamos un
par de mesas en primera fila de playa y allí cada uno sacó su bocata sobrante
del desayuno sin consultar previamente con nadie (culpa nuestra). Una vez
suavizada la situación con una comanda de coca-colas y cervezas, dimos buena
cuenta de la pitanza acompañados por un sol radiante.
Nos ponemos de nuevo en marcha a
través de un paisaje espectacular hasta llegar a San Vicente de la Barquera,
por donde pasamos sin detenernos ya que el tiempo se echaba encima. Llegamos a
un punto de la ruta donde Rodríguez decide atajar por unos zarzales que nos hacen pupita en las
manecitas , es aquí cuando Berni lanza su
ataque reivindicativo y la tropa, como es veleta, se amotina al grito de
“retiradle la confianza”, “queremos a Berni” o “damos la
vuelta ostias”…… Como siempre al final la sangre no llegó al rio y decidimos no
cederle la confianza a nuestro querido Berni, ya que aunque si goza del cariño
del grupo pesaron más los galones de un miembro fundador y más con lo amiguito
que se hizo del presi.
Una vez salvadas las zarzas nos
ponemos en marcha para atravesar Unquera. y me colocan en un carril que solo
tendría 3 mts de ancho un “pedrolo” en medio de este de unos 5 cms.;
Evidentemente me fue imposible salvarlo y lo pille con las dos ruedas, lo que
incomprensiblemente desato las carcajadas de Víctor que venía detrás de mi.
Pasamos Colombres para
posteriormente dirigirnos hacia Llanes, donde habíamos quedado con Doraemon. Este
tramo era un rompe-piernas continuo y una vez avanzamos algunos kms. Rodríguez
ve un cartel que ponía “finca Bufón” (el nombre ya era todo un presagio); se
emperra en que nos metamos por la finca porque el camino era más bonito ya que
pasaba por acantilados al borde del mar. Berni se lanza de cabeza detrás de
Grissom e incomprensiblemente, sin duda movido por un subidón de espíritu
aventurero Valladares también; de nada sirvieron las advertencias del resto del
grupo (Javier, Presi y Estévez) y el descojone que supondría una equivocación
de este calibre…… ignorándonos se alejan en el horizonte hasta llegar a un
punto donde los tres empiezan a dar vueltas como pollos sin cabeza tratando de
buscar una salida sabiendo que les estábamos observando con atención; se
tiraron al menos cinco minutos resistiéndose a volver hasta que no les quedó
más remedio y regresaron con el rabo entre las patas tras su fallida aventura;
sin decirles nada y con un respetuoso silencio nos volvemos a poner en marcha
para, esta vez si; coger un desvío por pista rural que nos conduciría hasta
Llanes donde lo primero que hicimos fue acercarnos a la estación en busca del
7º magnífico , al cual nos encontramos con la bici desmontada y sin signos
claros de poder hacerlo por sí mismo, lo que obligó al equipo a organizarse
para entre todos solucionarle el problema. Una vez que colocamos a Esteban en
su bici nos fuimos a comer a la sidrería “la amistad” donde dimos buena cuenta
de unas raciones de calamares estupendos entre otras cosas.
Tras reponer fuerzas nos ponemos
en camino hacia Ribadesella; tramo salpicado con multitud de trancazos y
escaramuzas ocasionadas por dos motivos principalmente; el primero era la
proximidad de nuestro punto de destino y el segundo el ímpetu de Doraemon al
pensar que tenía una buena oportunidad para lijarnos tras los 90 kms de más que
llevábamos en las piernas…¡¡¡¡¡ ERROR !!!!; Ante tanto
trancazo el presi pone pie en pared y nos amenaza con que nos den por culo y
coger un tren a Madrid al grito de “YO NO SOY UN HEROE COMO JULIÁN”,
lo que produce un acojone general en la tropa acompañado por un silencio
sepulcral que se dilató en el tiempo hasta que paramos en una farmacia para que
nuestro querido Isi comprara unos tapones de los oídos con el fin de no
escucharse a el mismo cuando roncara.
Llegamos al albergue y a un
servidor le toca en la habitación de los modositos (Rodríguez y el Presi) y nos
dicen que va con sorpresa, que hay un menda dentro que tiene que dormir con
nosotros, ante los jepetos que le pusimos a la recepcionista, esta nos intenta
tranquilizar explicándonos que no pasaba nada y que sería la primera vez que
roban algo; a regañadientes aceptamos y subimos a la habitación para
posteriormente dejar las bicis en una especie de tendedero común para todo el
albergue que estaba lleno de bragas y sujetadores colgados lo cual hizo que nos
pusiéramos palotes todos mientras candábamos las bicis.
Disfrutamos de una cena ligera a
base de pote asturiano, fabada asturiana, cachopo y arroz con leche que nos
encargamos de bajar con un paseíto hasta el albergue; Nos metemos en nuestras
camitas (a un servidor y a Rodríguez nos toca litera) y a intentar dormir lo
que se pudiera para afrontar la siguiente etapa de la mejor manera.
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